Más allá de los mitos: explorando la diversidad en el autismo femenino
- Jesus Gomez Frye
- 14 mar
- 8 Min. de lectura

El autismo ha sido un tema ampliamente estudiado a lo largo de las décadas, pero gran parte del conocimiento disponible se ha centrado en los hombres, dejando a las mujeres en un segundo plano. Esta falta de información ha dado lugar a una serie de mitos y concepciones erróneas sobre el autismo en mujeres, lo que ha contribuido a su subdiagnóstico y a la falta de comprensión sobre sus experiencias.
En este texto, exploramos y desmentimos algunos de los mitos más comunes sobre las mujeres autistas, basándonos en investigaciones recientes y testimonios que ayudan a arrojar luz sobre su realidad. Al desafiar estas falsas creencias, buscamos fomentar una mayor conciencia y comprensión sobre la diversidad dentro del espectro autista.
Mito 1: El autismo es una condición exclusivamente masculina
Durante décadas, el autismo fue considerado un trastorno predominantemente masculino. Esta creencia surgió en gran parte debido a los primeros estudios sobre autismo, que se centraron casi exclusivamente en niños varones. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que las mujeres también pueden ser autistas, pero han sido históricamente subdiagnosticadas o mal diagnosticadas debido a diferencias en la manifestación del autismo y sesgos en los criterios diagnósticos.

La creencia de que el autismo afecta principalmente a los hombres se remonta a los primeros estudios sobre la condición. Leo Kanner (1943), quien fue el primero en describir el autismo infantil, basó sus observaciones en una muestra de 11 niños, de los cuales solo una era niña. Posteriormente, Hans Asperger (1944) estudió a un grupo de niños con características autistas, pero la mayoría eran varones, lo que reforzó la idea de que el autismo era más frecuente en hombres.
A lo largo de las décadas, muchos estudios sobre autismo han seguido utilizando muestras en las que predominaban los hombres. Esto ha generado un sesgo en la comprensión de la condición, haciendo que los criterios diagnósticos se basen principalmente en cómo se presenta el autismo en varones, dejando fuera muchas de las características que son más comunes en mujeres autistas.
Aunque tradicionalmente se ha dicho que el autismo afecta a cuatro hombres por cada mujer (4:1), estudios recientes sugieren que esta proporción puede ser mucho menor, posiblemente 3:1 o incluso 2:1 (Loomes et al., 2017). Algunos expertos creen que la diferencia real podría ser aún menor, pero debido a los sesgos en el diagnóstico, muchas mujeres autistas nunca son identificadas.
¿Por qué se subdiagnostica el autismo en mujeres?
Criterios diagnósticos sesgados: Muchas de las herramientas de diagnóstico fueron desarrolladas basándose en estudios con varones y no reflejan las diferencias en la expresión del autismo en mujeres.
Camuflaje social: Las mujeres autistas suelen desarrollar estrategias para ocultar sus dificultades sociales y adaptarse a su entorno, lo que hace que pasen desapercibidas.
Estereotipos de género: Se espera que las niñas sean más sociables y empáticas, lo que puede llevar a que sus dificultades sean interpretadas como timidez o ansiedad en lugar de autismo.
Diagnósticos erróneos: En lugar de recibir un diagnóstico de autismo, muchas mujeres son diagnosticadas con ansiedad, depresión, TDAH o trastornos de la personalidad.
Mito 2: Las mujeres autistas no desean relaciones sociales
Una de las ideas erróneas más extendidas sobre el autismo es que las personas dentro del espectro, especialmente las mujeres, no tienen interés en las relaciones sociales. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Si bien es cierto que las mujeres autistas pueden experimentar dificultades en la interacción social, muchas desean establecer amistades, relaciones sentimentales y conexiones significativas con los demás.

Las diferencias en la socialización
Las mujeres autistas pueden desear relaciones cercanas, pero sus formas de interactuar pueden diferir de las normas neurotípicas. Algunas características comunes en la socialización de mujeres autistas incluyen:
Preferencia por conversaciones profundas: En lugar de charlas triviales o conversaciones superficiales, muchas mujeres autistas se sienten más cómodas discutiendo temas significativos o centrados en sus intereses.
Dificultades para interpretar señales sociales: Pueden no captar sutilezas del lenguaje corporal, tono de voz o dobles sentidos, lo que puede generar confusión en interacciones cotidianas.
Tendencia a la amistad uno a uno: En lugar de grandes grupos, muchas prefieren amistades más íntimas y profundas.
Ansiedad social y agotamiento: La necesidad de encajar o seguir normas sociales puede generar estrés y fatiga, lo que hace que algunas mujeres autistas se aíslen temporalmente.
El camuflaje social: Un arma de doble filo
Un aspecto clave que diferencia a muchas mujeres autistas de los hombres autistas es el camuflaje social. Este término se refiere a las estrategias conscientes e inconscientes que desarrollan las mujeres autistas para encajar en la sociedad y evitar ser vistas como "diferentes".
El camuflaje puede incluir:
Aprender y copiar expresiones faciales y lenguaje corporal neurotípico.
Forzar la mirada a los ojos, a pesar de que puede resultar incómodo.
Preparar y ensayar conversaciones con anticipación.
Observar y repetir patrones de comportamiento de otras personas para no ser vistas como "extrañas".
Si bien estas estrategias pueden ayudar a las mujeres autistas a integrarse en grupos sociales, también tienen un costo emocional alto. Muchas reportan sentirse agotadas después de situaciones sociales, e incluso pueden experimentar episodios de burnout autista debido al esfuerzo constante por enmascarar su verdadera forma de ser (Hull et al., 2017).
Testimonios de mujeres autistas
En estudios recientes, mujeres diagnosticadas en la adultez han compartido sus experiencias sobre la socialización:
"Siempre quise tener amigos, pero nunca entendí del todo cómo funcionaban las dinámicas sociales. Aprendí a observar y copiar, pero nunca me sentí realmente parte del grupo."
"Cuando estaba con otras personas, era como si estuviera actuando en una obra de teatro. Sonreía en los momentos adecuados, asentía cuando debía... pero después me sentía agotada."
"Tengo relaciones, pero me siento sola. Siento que nadie me conoce realmente porque siempre estoy tratando de encajar."
Mito 3: Las mujeres autistas siempre presentan discapacidades intelectuales
Uno de los mitos más extendidos sobre el autismo es la creencia de que todas las personas autistas, incluidas las mujeres, tienen discapacidades intelectuales. Sin embargo, el autismo es un espectro, lo que significa que se presenta de formas muy diversas y no está necesariamente asociado con una discapacidad intelectual.

Si bien algunas mujeres autistas pueden tener una discapacidad intelectual, muchas tienen un coeficiente intelectual (CI) dentro del rango promedio o incluso superior al promedio. De hecho, en ciertos casos, pueden destacar en áreas específicas, como el lenguaje, la memoria o el pensamiento lógico, mientras enfrentan dificultades en otras habilidades, como la planificación, la organización o la interacción social (Livingston & Happé, 2017).
Diferencias en el perfil cognitivo de las mujeres autistas
La inteligencia en mujeres autistas no sigue un patrón único. Algunas pueden tener habilidades cognitivas excepcionales en ciertas áreas mientras experimentan dificultades en otras. Esto se debe en parte a diferencias en el procesamiento cognitivo y en cómo se manifiesta el autismo en cada persona.
Algunas características comunes en el perfil cognitivo de mujeres autistas incluyen:
A. Disparidad entre habilidades verbales y no verbales
Muchas mujeres autistas tienen una gran capacidad verbal y pueden expresarse con fluidez, lo que puede hacer que su autismo pase desapercibido.
Sin embargo, pueden tener dificultades con tareas que requieren habilidades visoespaciales, motrices o de planificación, lo que puede afectar su desempeño académico o laboral.
B. Inteligencia alta con dificultades en la función ejecutiva
Algunas mujeres autistas tienen un coeficiente intelectual alto, pero enfrentan desafíos en la función ejecutiva, que es el conjunto de habilidades cognitivas necesarias para planificar, organizar y gestionar el tiempo.
Pueden tener problemas con la organización de tareas diarias, la toma de decisiones o la priorización de actividades.
Ejemplo: Una mujer autista puede sobresalir en una carrera científica o artística, pero tener dificultades con tareas cotidianas como recordar citas, hacer la compra de manera eficiente o mantener un espacio ordenado.
C. Pensamiento lógico y atención al detalle
Muchas mujeres autistas tienen una gran capacidad para detectar patrones, analizar información de manera lógica y concentrarse intensamente en sus intereses.
Estas habilidades pueden llevarlas a destacar en campos como la ciencia, la tecnología, la música, el arte o la literatura.
D. Aprendizaje autodidacta y especialización en intereses específicos
Muchas mujeres autistas son autodidactas y pueden desarrollar un conocimiento profundo sobre temas específicos, incluso si han tenido dificultades en entornos educativos tradicionales.
Sin embargo, pueden experimentar ansiedad si deben salir de su zona de confort o aprender de manera estructurada en un entorno inflexible.
Mito 4: Las mujeres autistas no pueden tener éxito profesional
Existe la creencia errónea de que las mujeres autistas no pueden desarrollar una carrera profesional exitosa debido a sus dificultades en la comunicación social, el trabajo en equipo o la gestión del entorno laboral. Sin embargo, este mito no refleja la realidad de muchas mujeres en el espectro autista que han logrado destacarse en una amplia variedad de campos, como la ciencia, la tecnología, las artes y la literatura.
Si bien es cierto que el entorno laboral puede presentar desafíos específicos, estos no son insuperables. Con las adaptaciones adecuadas y un mejor conocimiento sobre el autismo en el ámbito laboral, muchas mujeres autistas pueden alcanzar sus metas profesionales y contribuir significativamente en sus áreas de especialización.

Mujeres autistas en diferentes campos profesionales
A lo largo de la historia y en la actualidad, muchas mujeres autistas han logrado éxito en distintas profesiones, a menudo gracias a sus habilidades cognitivas únicas, su capacidad para concentrarse en detalles y su pensamiento innovador.
A. Ciencia y tecnología
Muchas mujeres autistas tienen un pensamiento lógico fuerte, habilidades analíticas y una gran atención al detalle, lo que las hace destacar en áreas como la programación, la ingeniería, la investigación científica y la matemática.
Algunas científicas e investigadoras han hablado abiertamente sobre su diagnóstico de autismo y cómo este ha influido en su forma de trabajar y resolver problemas.
B. Artes y creatividad
El pensamiento visual y la creatividad intensa son características comunes en algunas mujeres autistas, lo que las lleva a sobresalir en áreas como la pintura, la música, la escritura y el diseño gráfico.
Muchas escritoras autistas han utilizado su experiencia en el espectro para crear historias únicas, desarrollar personajes profundos y desafiar normas sociales a través de la literatura.
C. Educación e investigación
Muchas mujeres autistas encuentran su vocación en el ámbito académico, donde pueden especializarse en un área de interés y profundizar en el conocimiento sin la presión constante de la interacción social.
Las habilidades autodidactas y la capacidad para enfocarse intensamente en un tema pueden hacer que destaquen como investigadoras, profesoras o escritoras científicas.
D. Emprendimiento y trabajos independientes
Debido a los desafíos en entornos laborales convencionales, muchas mujeres autistas optan por el trabajo independiente o el emprendimiento, donde pueden gestionar su propio tiempo y entorno.
Profesiones como el diseño gráfico, la ilustración, la programación freelance, la consultoría y la escritura permiten a muchas mujeres autistas trabajar de manera más flexible y a su propio ritmo.
Conclusiones
El desconocimiento y los mitos sobre el autismo en mujeres han llevado a barreras significativas en el diagnóstico, el apoyo y la inclusión en diversos ámbitos de la vida. Sin embargo, a medida que la investigación avanza y se da mayor visibilidad a las experiencias de mujeres autistas, es posible desafiar estos estereotipos y generar un cambio positivo.
Comprender que el autismo se manifiesta de manera distinta en cada persona y que las mujeres autistas pueden llevar vidas plenas y exitosas es fundamental para promover una sociedad más inclusiva. El primer paso es educarse, escuchar sus testimonios y generar espacios donde puedan desarrollarse sin la presión de encajar en estándares neurotípicos.
Desmontar estos mitos no solo beneficia a las mujeres autistas, sino también a toda la comunidad, fomentando un mundo más comprensivo y equitativo para todas las personas dentro del espectro autista.
Referencias
Livingston, L. A., & Happé, F. (2017). Conceptualising compensation in neurodevelopmental disorders: Reflections from autism spectrum disorder. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 80, 729-742.
Bargiela, S., Steward, R., & Mandy, W. (2016). The Experiences of Late-diagnosed Women with Autism Spectrum Conditions: An Investigation of the Female Autism Phenotype. Journal of Autism and Developmental Disorders, 46(10), 3281-3294.
Hull, L., Petrides, K. V., & Mandy, W. (2017). "Putting on My Best Normal": Social Camouflaging in Adults with Autism Spectrum Conditions. Journal of Autism and Developmental Disorders, 47(8), 2519-2534.
Loomes, R., Hull, L., & Mandy, W. P. (2017). What is the male-to-female ratio in autism spectrum disorder? A systematic review and meta-analysis. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 56(6), 466-474.
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