Ansiedad en niñas y adolescentes en el espectro autista: señales de alerta y como ayudarles.
- Jesus Gomez Frye
- 11 oct 2024
- 8 Min. de lectura

La ansiedad es un desafío significativo que afecta a muchas niñas y adolescentes en el espectro autista. Según la American Psychiatric Association, la prevalencia de trastornos de ansiedad en individuos autistas puede ser de hasta el 40%. Esta cifra resalta la importancia de reconocer y abordar la ansiedad de manera efectiva, especialmente en niñas y adolescentes, quienes pueden experimentar síntomas de manera diferente a los niños.
Señales de Alerta de Ansiedad en Niñas y Adolescentes Autistas
Identificar la ansiedad en niñas y adolescentes autistas puede ser un desafío, ya que los síntomas pueden ser sutiles o presentarse de manera diferente en comparación con sus pares neurotípicos. Aquí profundizamos en las señales de alerta más comunes que pueden indicar la presencia de ansiedad en este grupo:
Cambios en el Comportamiento
Irritabilidad y Agitación: Las niñas autistas pueden volverse más irritables o tener explosiones emocionales, incluso por situaciones que antes no les causaban malestar. Esto puede ser una señal de que se sienten abrumadas.
Alteraciones en el Sueño: Dificultades para conciliar el sueño, pesadillas frecuentes o dormir en exceso pueden ser indicativos de ansiedad. Las preocupaciones pueden interferir con su capacidad para relajarse y descansar adecuadamente.
Cambios en el Apetito: Pueden experimentar cambios significativos en sus hábitos alimenticios, ya sea comiendo en exceso o teniendo una disminución en el apetito. Esto puede ser una respuesta a la ansiedad que sienten.
Evasión de Situaciones Sociales
Aislamiento Social: Un aumento en la evitación de actividades sociales, como salir con amigos o participar en eventos familiares, puede ser una manifestación de ansiedad. Las niñas pueden sentirse incómodas o abrumadas en situaciones sociales, lo que les lleva a buscar el aislamiento.
Dificultad para Iniciar Conversaciones: Pueden mostrarse reacias a iniciar interacciones sociales, incluso con amigos cercanos, por temor a ser juzgadas o a no saber qué decir.
Comportamientos Repetitivos o Autolesiones
Estereotipias Aumentadas: La ansiedad puede llevar a un aumento en los comportamientos repetitivos, como balancearse, golpear objetos o realizar movimientos repetitivos. Estos comportamientos pueden ser una forma de autorregulación en momentos de estrés.
Autolesiones: En casos más graves, algunas niñas pueden recurrir a la autolesión como un medio para aliviar su ansiedad o expresar su dolor emocional.
Dificultades en la Comunicación
Retraso en la Comunicación: Las niñas pueden volverse menos comunicativas, evitando expresar sus pensamientos y sentimientos. Esto puede ser un resultado de sentirse abrumadas o incapaces de verbalizar su ansiedad.
Uso de Frases o Palabras Repetitivas: En momentos de ansiedad, pueden repetir frases o palabras como una forma de encontrar consuelo en la familiaridad.
Quejas Físicas
Dolores de Cabeza y Malestar Estomacal: Las quejas físicas son comunes en niños con ansiedad. Las niñas pueden quejarse de dolores de cabeza, malestar estomacal o fatiga, que a menudo tienen una raíz emocional, pero que pueden ser difíciles de identificar.
Tensión Muscular: Es posible que se quejen de tensión o rigidez en el cuerpo, lo que puede ser una respuesta física a la ansiedad acumulada.
Reacciones Desproporcionadas a Cambios o Estímulos
Sobreactuación a Cambios de Rutina: Las niñas autistas pueden mostrar reacciones intensas ante cambios en su rutina diaria, lo que puede indicar una incapacidad para manejar la incertidumbre que estos cambios generan.
Hipersensibilidad a Estímulos Sensoriales: Pueden ser especialmente sensibles a ruidos fuertes, luces brillantes o texturas, lo que puede generar ansiedad en situaciones donde se encuentran expuestas a estos estímulos.
Dificultades para Concentrarse
Disminución del Rendimiento Académico: La ansiedad puede interferir con la capacidad de concentración en la escuela, resultando en un rendimiento académico por debajo de sus capacidades. La preocupación constante puede hacer que les cueste prestar atención a las tareas o seguir las instrucciones.
Causas de la Ansiedad en Niñas y Adolescentes Autistas
La ansiedad en niñas y adolescentes autistas puede surgir de una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales. A continuación, profundizamos en las causas más comunes que contribuyen al desarrollo de la ansiedad en este grupo:

Sensibilidad Sensorial
Sobrecarga Sensorial: Muchas niñas autistas tienen una mayor sensibilidad a estímulos sensoriales, como ruidos fuertes, luces brillantes o texturas. Esta hipersensibilidad puede generar incomodidad y malestar en situaciones cotidianas, llevando a niveles elevados de ansiedad. Según la investigación de la Dra. Temple Grandin, una reconocida activista y autora en el campo del autismo, "los problemas sensoriales pueden ser una fuente significativa de estrés para las personas en el espectro autista".
Dificultades en la Regulación Emocional: La dificultad para procesar y regular las experiencias sensoriales puede provocar reacciones emocionales desproporcionadas. Esto puede incluir episodios de ansiedad, especialmente en entornos ruidosos o caóticos.
Expectativas Sociales
Presión para Conformarse: Durante la adolescencia, las expectativas sociales y la presión de grupo se intensifican. Las niñas autistas pueden sentirse abrumadas al intentar cumplir con normas sociales que no comprenden completamente, lo que puede aumentar su ansiedad. Según el Dr. Tony Attwood, un experto en autismo, “las dificultades en la comprensión de las normas sociales pueden hacer que las niñas sientan que siempre están en un juego de ajedrez sin conocer las reglas”.
Temor al Juicio: La preocupación por ser juzgadas o malinterpretadas por sus compañeros puede generar altos niveles de ansiedad. Esta presión puede llevar a un ciclo de evitación social, donde las niñas optan por retirarse de situaciones sociales para evitar el malestar emocional.
Transiciones y Cambios
Dificultades con el Cambio: Las niñas autistas pueden tener un fuerte apego a la rutina y experimentar ansiedad significativa ante cambios inesperados. Transiciones como comenzar una nueva escuela, mudarse a un nuevo hogar o la llegada de un nuevo hermano pueden ser situaciones desestabilizadoras que provocan ansiedad. La investigación de la Dra. Judith Gould destaca que "los individuos autistas suelen preferir la predictibilidad, y los cambios en la rutina pueden generar sentimientos de incertidumbre y miedo".
Adaptación a Nuevas Situaciones: Las habilidades de adaptación pueden no estar completamente desarrolladas en niñas autistas, lo que dificulta su capacidad para enfrentar nuevas experiencias o entornos.
Falta de Comprensión y Apoyo
Estigmatización y Falta de Inclusión: Muchas niñas autistas enfrentan estigmatización en su entorno escolar y social, lo que puede llevar a un sentimiento de aislamiento. La falta de comprensión de sus compañeros y adultos sobre el autismo puede intensificar su ansiedad. El Dr. Stephen Shore ha afirmado que "la falta de apoyo y comprensión puede hacer que las personas autistas se sientan incomprendidas, lo que alimenta su ansiedad".
Dificultades en la Comunicación: La ansiedad puede surgir de la incapacidad para expresar adecuadamente sus sentimientos o necesidades, lo que lleva a la frustración. Muchas niñas autistas pueden tener dificultades para comunicarse verbalmente, lo que aumenta la probabilidad de malentendidos.
Factores Genéticos y Neurobiológicos
Predisposición Biológica: Investigaciones indican que puede haber una predisposición genética a la ansiedad en personas con autismo. Estudios han demostrado que los trastornos de ansiedad son más comunes en familias con antecedentes de ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo.
Desregulación Neuroquímica: La investigación también sugiere que las diferencias en la química cerebral y la función neurobiológica pueden influir en la forma en que las niñas autistas manejan la ansiedad. La disfunción en neurotransmisores como la serotonina y la dopamina se ha asociado con el desarrollo de trastornos de ansiedad.
Rasgos de Personalidad y Estrategias de Afrontamiento
Personalidad Introvertida: Muchas niñas autistas pueden ser naturalmente más introvertidas, lo que puede hacer que se sientan más agobiadas en situaciones sociales y, por lo tanto, más propensas a la ansiedad. La introversión puede hacer que necesiten más tiempo a solas para recargarse, lo que puede ser malinterpretado por otros como comportamiento extraño.
Dificultades en el Afrontamiento: Las habilidades de afrontamiento pueden no estar bien desarrolladas en niñas autistas. Pueden carecer de las herramientas necesarias para manejar situaciones estresantes, lo que puede resultar en reacciones de ansiedad.
Cómo Manejar la Ansiedad en Niñas y Adolescentes Autistas
Manejar la ansiedad en niñas y adolescentes autistas requiere un enfoque integral que combine intervenciones psicológicas, estrategias prácticas y un entorno de apoyo. A continuación, se presentan formas efectivas de abordar la ansiedad en este grupo:
Intervenciones Psicológicas
Terapia Cognitivo Conductual (TCC): Esta es una de las formas más efectivas de tratamiento para la ansiedad en niños y adolescentes. La TCC ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos y conductas que contribuyen a la ansiedad. Según el Dr. Stephen P. Hinshaw, “la TCC puede ser adaptada para que sea más accesible a personas en el espectro autista, centrándose en la comprensión de sus miedos y enseñándoles habilidades de afrontamiento”.
Terapia de Juego: Para las niñas más jóvenes o aquellas que tienen dificultades para expresar sus emociones verbalmente, la terapia de juego puede ser una herramienta valiosa. A través del juego, pueden explorar sus emociones y experiencias en un entorno seguro y controlado, facilitando la comunicación de sus preocupaciones.
Entrenamiento en Habilidades Sociales
Desarrollo de Habilidades Interpersonales: Proporcionar a las niñas oportunidades para aprender y practicar habilidades sociales puede reducir la ansiedad en situaciones sociales. Las sesiones de entrenamiento pueden incluir juegos de rol, donde se les enseñe a iniciar conversaciones, hacer preguntas y responder adecuadamente en diversas situaciones.
Grupos de Apoyo: Participar en grupos donde se reúnan niñas autistas puede ayudarles a compartir experiencias, hacer amistades y sentirse comprendidas. Esto no solo mejora las habilidades sociales, sino que también fomenta un sentido de pertenencia y comunidad.
Técnicas de Relajación
Mindfulness y Meditación: La práctica de mindfulness puede ser beneficiosa para ayudar a las niñas a mantenerse en el presente y a manejar sus pensamientos ansiosos. Actividades como la meditación guiada, ejercicios de respiración profunda o yoga pueden ser herramientas efectivas para reducir la ansiedad y fomentar la autoconciencia emocional.
Ejercicios de Respiración: Enseñar técnicas de respiración, como la respiración abdominal o la respiración 4-7-8 (inhalar durante 4 segundos, mantener la respiración durante 7 y exhalar durante 8), puede ser útil para ayudar a las niñas a calmarse en momentos de ansiedad.
Apoyo Familiar
Comunicación Abierta: Fomentar un ambiente donde las niñas se sientan cómodas compartiendo sus sentimientos y preocupaciones es esencial. La familia debe estar dispuesta a escuchar y validar sus experiencias, lo que puede disminuir la sensación de soledad y aumentar la confianza en su entorno.
Educación Familiar: Proporcionar información sobre el autismo y la ansiedad a los miembros de la familia puede mejorar la comprensión y ayudar a desarrollar estrategias para apoyar a la niña. Entender los desafíos que enfrenta y cómo pueden ayudar puede fortalecer la dinámica familiar.
Ambiente Estructurado
Rutinas Predecibles: Mantener una rutina diaria estructurada puede ayudar a las niñas a sentirse seguras y disminuir la ansiedad. Las transiciones pueden ser difíciles, por lo que anticipar cambios y comunicarlos con anticipación puede prepararlas emocionalmente.
Uso de Horarios Visuales: Implementar horarios visuales puede ayudar a las niñas a comprender qué esperar durante el día, lo que puede disminuir la incertidumbre y la ansiedad.
Educación sobre Autismo y Ansiedad
Crear Conciencia en el Entorno Escolar: Educar a maestros y compañeros sobre el autismo y la ansiedad puede generar un ambiente más inclusivo y comprensivo. La sensibilización puede ayudar a reducir el acoso escolar y aumentar el apoyo entre pares.
Promover la Empatía: Fomentar la empatía y la comprensión en el entorno escolar y social es fundamental. Esto puede incluir talleres o charlas sobre autismo, donde se aborden las experiencias y desafíos que enfrentan las niñas autistas.
Atención Médica y Evaluación Profesional
Consulta con Profesionales de la Salud Mental: Es fundamental contar con la evaluación y el tratamiento de profesionales especializados en salud mental, como psicólogos o psiquiatras con experiencia en autismo y ansiedad. Estos profesionales pueden proporcionar diagnósticos precisos y recomendaciones de tratamiento adaptadas a las necesidades individuales.
Medicación si es Necesario: En algunos casos, puede ser necesario el uso de medicamentos para manejar la ansiedad, especialmente si los síntomas son severos. La medicación debe ser evaluada y supervisada por un psiquiatra, y debe ser parte de un enfoque integral que incluya terapia y apoyo familiar.
Conclusión
Manejar la ansiedad en niñas y adolescentes autistas es un proceso multidimensional que requiere atención, comprensión y recursos adecuados. A través de un enfoque integrado que combine intervenciones psicológicas, apoyo familiar y un entorno estructurado, es posible ayudar a las niñas a desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas y a mejorar su calidad de vida. Como señala la Dra. Temple Grandin, “el autismo es una forma diferente de ver el mundo. Si podemos aprender a ver a través de sus ojos, podemos ayudarles a navegar en el nuestro”.
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